La Guía
Michelin nació por el año 1900, cómo una guía para turistas, con puntos de
interés y lugares donde poder comer y hospedarse.
Más adelante,
en 1920, se fue profundizando aún más en el sector gastronómico, hasta llegar a
lo que es hoy, que lo podríamos definir como: una publicación anual, en la cual
dependiendo de ciertos parámetros de calidad, evalúa diferentes
establecimientos gastronómicos del mundo, teniendo como resultado final la
entrega de sus tan galardonadas “estrellas” (de una a tres, incluso ninguna de no merecerlo).
Los
encargados de evaluar los establecimientos, son jueces en teoría anónimos, los
cuales concurren a cenar como cualquier comensal.
El
momento de comenzar a puntuar, empieza desde la calle. Se califica desde la
fachada, la recepción y sitiado de las mesas; además, obviamente de la variedad
de la carta, presentación de los platos, decoración y servicio.
Una vez
finalizada la velada del “Inspector Michelin”, el mismo debe identificarse para
poder ingresar a la cocina y recabar datos técnicos para completar su informe.
Es
evidente que dicha guía es de “culto” para muchas personas, y a su vez tiene
sus detractores. Lo cierto es que, el obtener una estrella (o perderla) de un
año a otro, influye notoriamente en la afluencia de público.
Uno de
los restoranes más famosos ha sido El BULLI, el cual al mando de su chef Ferran Adrià,
mantuvo sus 3 estrellas Michelin desde 1997 hasta el día de su cierre, en 2011.
A continuación, algunos videos para entrarnos en algunos de los establecimientos...